Recibir un diagnóstico de prediabetes no fue una sorpresa para la residente de Chula Vista. Madre de un hijo tetrapléjico y abuela de 11 nietos, María Ambriz nunca tenía tiempo de concentrarse en su propia salud. Antes de su diagnóstico, la última vez que recuerda haber ido a consulta con un médico fue 10 años atrás, cuando le diagnosticaron lupus.

"Yo sabía sobre la diabetes y reconocí los síntomas antes de ir al médico", recuerda. 

Después de experimentar varios síntomas de prediabetes entre ellos sequedad de boca, fatiga y hambre excesiva, finalmente decidió consultar con un médico. A María le diagnosticaron prediabetes ese mismo día. Aunque el diagnóstico no fue una sorpresa para ella, se sintió aturdida por la noticia. Ella enfrentaba dos enfermedades serias y sabía que era hora de dar un vuelco enorme a su estilo de vida.

Después del diagnóstico, María se sintió abrumada por el proceso de revertir su prediabetes. Habiendo ya intentado técnicas de dieta, se mantuvo inflexible alejada de las dietas de moda y los programas de conteo de calorías.

"Siempre interrumpía [mis dietas] y las reiniciaba, y luego hasta subía más de peso", recuerda.

Cuando su hermana menor la invitó a una clase de prevención de diabetes en el Scripps Whittier Diabetes Institute, María dudó en inscribirse. ¿Cómo sería esto diferente de las dietas de rebote que ella ya había probado? Decidió ir con su hermana a la clase.

María estaba encantada de descubrir que la clase no implicaría dietas inútiles y contar calorías. Más bien, dice, el programa enseña a estar más consciente de tu peso y hábitos alimenticios.

"Al principio, lo más difícil fue perder peso y comer bien porque es como si fueras adicto a los dulces y a la sal. Antes comía donas como tres veces a la semana, y me comía hasta dos donas porque no podía decidirme por una", comenta.

A pesar del reto que fue cambiar por completo sus hábitos alimenticios, no pasó mucho tiempo antes de que María empezara a disfrutar de las clases, y comenzara a ver un cambio verdadero en su salud y en su vida.

Ella señala que "te enseñan que comemos por el estrés y las emociones. También nos enseñan a ser más conscientes [de nuestra comida] porque algunos de los alimentos tienen muchas calorías o sodio".

En las clases, María encontró los conocimientos, el estilo de vida y el apoyo que necesitaba para hacerse cargo de su vida y salud. Pero lo que más le gusta de las clases es el acercamiento con las otras participantes del grupo. "Todas estas mujeres tuvieron problemas para perder peso, y este programa nos ha vuelto más conscientes. Compartimos nuestras vivencias", dice.

Desde que comenzó este programa, María ha perdido 19 kilos, que sobrepasa en casi 12 kilos su meta de perder 7 kilos en promedio. "Continuaré", asegura María. "Este programa ha cambiado completamente mi vida. Pensé que no sabría por dónde comenzar. Solo quería algo que me mostrara cómo comer en porciones mis comidas favoritas, y lo encontré en Scripps".

María encuentra su motivación para mantenerse saludable pensando en su fe y en su familia. Ella dice, "[mi Señor] es el número uno en mi vida, y mi familia, es lo que me ayuda a seguir adelante. Continuaré asistiendo a este [programa], no como una dieta, sino como un estilo de vida".

Tome el control de su salud y aprenda más sobre los programas Prevención y Educación de la Diabetes. Llame al 858-678-7050 para inscribirse en una sesión de orientación con el Scripps Whittier Diabetes Institute.